Cada año mueren casi 1.000.000 de personas en el mundo como consecuencia de los accidentes de tráfico y 15 millones sufren heridas diversas. Este ritmo trepidante hace que cada hora mueran 65 personas por accidente y otras 2.000 ingresen en un hospital heridas.
La concienciación de los conductores ha supuesto la mayor aportación a la disminución de los accidentes. De hecho, el factor humano está presente en el 90 por 100 de los accidentes.
LA ATENCION
Se debe evitar distraer la atención con otras tareas distintas a las relacionadas con la propia conducción.
El conductor no puede atender con eficacia a muchos estímulos a la vez, por ello, se debe evitar distraer la atención con otras tareas distintas a las relacionadas con la propia conducción, como fumar, hablar por teléfono, comer, beber, etc.Los estados afectivos y emocionales distraen la atención del conductor y le inducen a ejecutar maniobras precipitadas o erróneas.Si las preocupaciones le impiden mantener la atención, es mejor no conducir.Mantener una atención constante durante un tiempo prolongado produce fatiga y cansancio. Pare cada dos horas o al menor síntoma de cansancio.
Si está fatigado o tiene sueño, no intente activar su nivel de atención aumentando la velocidad, de este modo, aumentará aún más su fatiga y tendrá más riesgo de sufrir un accidente y que éste sea más grave.Mantenga su nivel de alerta en relación con el entorno que le rodea para anticiparse en la toma de decisiones y en la ejecución de maniobras previendo las reacciones de los demás conductores o peatones, la respuesta del vehículo y las posibles variaciones del medio.Es muy importante no iniciar un viaje si no se ha descansado antes suficientemente.La fatiga disminuye el campo de visión, alarga los tiempos de reacción y dificulta la coordinación psicomotriz; Además, influye también sobre la capacidad muscular haciendo que los movimientos sean más lentos y menos precisos.VELOCIDAD
La velocidad debe ajustarse a las circunstancias del tráfico y de la vía, ambientales y a la capacidad del vehículo y del propio conductor.
Normativa sobre velocidad:
* Existe un cuadro de velocidades máximas para cada tipo de vía.
* Velocidad mínima: nunca inferior a la mitad de la genérica de cada vía.
* Efecto Túnel: A partir de 140 km/h se pierde nitidez en la visión periférica y con ello la posibilidad de hacer una evaluación correcta de distancias y velocidades, lo que se denomina «Efecto Túnel».
* La velocidad, además, supone un incremento de riesgo importante en el caso de distracciones.
Circular demasiado rápido o excesivamente lento…
…es igualmente perjudicial y puede ser causa de accidente. La velocidad debe ajustarse a las circunstancias del tráfico y de la vía, ambientales y a la capacidad del vehículo y del propio conductor.
Correr más significa mayor…
* riesgo de accidente
* riesgo de accidente más grave
* riesgo de sanción
* nivel de estrés
* consumo de combustible
* nivel de emisiones contaminantes
* desgaste de la mecánica
No mirar el reloj:
Por último la recomendación práctica más útil cuando se circula es no mirar el reloj, ni tampoco tratar de batir el récord de la vez anterior. ¿Velocidad?, la justa. Ni más ni menos.
LOS PEATONES
Hay que recordar que todos los peatones no son conductores pero todos los conductores han sido y serán peatones.
El conductor debe ceder el paso a los peatones cuando:
* El paso esté regulado con semáforo rojo para vehículos.
* El paso esté regulado con semáforo ámbar para vehículos.
* El paso esté señalizado con la señal vertical cuadrada de paso de peatones y las bandas paralelas de color blanco sobre el pavimento.
Si no existe paso regulado el conductor deberá ceder el paso a los peatones en los siguientes supuestos:
* Cuando vayan a girar con su vehículo para entpar en otra vía y haya peatones cruzándola, aunque no exista paso para éstos.
* Cuando el vehículo cruce un arcén por el que circulen peatones.
* En las zonas peatonales.
* A los peatones que vayan a subir o hayan bajado de un vehículo de transporte colectivo de viajeros, en una parada señalizada como tal, cuando se encuentren entre dicho vehículo y la zona peatonal o refugio más próximo.
* A las tropas en formación, filas escolares o comitivas organizadas.
Para evitar alcances, el conductor debe advertir su intención de detenerse con toques repetidos de freno.
Aunque goce de preferencia, el peatón deberá observar el tráfico con antelación y no iniciar la marcha en el supuesto de provocar frenadas de emergencia en los conductores.
Los grupos de riesgo:
1. El peatón niño: Sufren accidentes por:
* Falta de educación vial (desconocimiento de normas).
* Déficit conceptual (falta de experiencia en el tráfico).
* Déficit perceptivo (Disponen de un 40% menos de campo de visión que un adulto).
* Problemas con la visión periférica.
* Problemas de audición (sobretodo los menores de 7 años necesita confirmar el ruido con la visión).
* Déficit atenciones: (Hasta los 11-12 años no controlan la atención).
* No perciben el riesgo.
* Estar inmersos en un mundo subjetivo (pensando en juegos etc. mientras circulan).
2. El peatón anciano: La mitad de los ancianos muertos en accidente son peatones.
Sufren accidentes por:
* Menor capacidad de reacción.
* Están inmersos en un mundo subjetivo interior.
* Desconocimiento de las normas.
CONDUCCION EN CONDICIONES ADVERSAS
Con el pavimento mojado debe reducirse la velocidad y aumentar el espacio con el vehículo precedente pues la distancia de frenado se alarga.
Lluvia
La lluvia forma sobre el pavimento una película lubricante que facilita el deslizamiento del vehículo.
El dibujo del neumático cumple la función de evacuar el agua que se encuentra a su paso, con lo que la adherencia neumático – pavimento no se pierde.
Cuando el neumático ha perdido su dibujo y la velocidad de circulación es mayor que la de evacuación del agua, las ruedas comienzan a «flotar» sobre una película de agua desapareciendo la adherencia necesaria entre el neumático y el suelo para circular con seguridad. Este fenómeno es el temido «aquaplaning». Cuando el vehículo entra en aquaplaning el conductor pierde su control.
Con el pavimento mojado debe reducirse la velocidad y aumentar el espacio con el vehículo precedente pues la distancia de frenado se alarga.
Recuerde que el agua siempre es un problema: si ha llovido poco, porque con el polvo, restos de aceite… de la calzada se forma un barrillo tremendamente resbaladizo. Si ha llovido mucho porque puede provocar «aquaplaning» aunque el dibujo del neumático esté en perfectas condiciones.
Si la lluvia es intensa no olvide encender las luces de cruce, no tanto para ver mejor, sino para que le vean a Ud. Por la misma razón, si razonablemente cree que es difícil que le vean los que circulen por detrás, encienda también el alumbrado trasero de niebla.
En las zonas inundadas valore la profundidad y, si puede, avance en primera, acelerando el motor con el embrague pisado para que no se cale.
En todo caso, después de circular por una vía mojada, recupere los frenos, dando varios toques cortos y suaves , sin ser necesario parar.
Niebla
En caso de que se nos presente este agente atmosférico, lo primero que deberemos hacer es conectar el alumbrado de cruce y el antiniebla para poder ver, y hacernos ver, mejor. No encienda la luz de largo alcance ya que el reflejo de la luz sobre las gotas de agua en suspensión dificulta aún más la visión.
Apague el alumbrado antiniebla cuando no sea necesario. Además de deslumbrar a los demás conductores, está sancionado.
Disminuya la velocidad y aumente la distancia con el vehículo precedente en proporción a la visibilidad existente, de modo que ante cualquier imprevisto, podamos detener nuestro vehículo dentro del espacio en el que hay visibilidad. Así se evitarán colisiones en cadena, muy peligrosas en estas condiciones. Un buen criterio para adecuar la velocidad a la pérdida de visibilidad es calcularla en función de la extensión de la zona de visibilidad frontal, recordando que hay que estar en condiciones – en todo momento- de detener totalmente el vehículo dentro de la zona de visibilidad. Evidentemente ello nos puede obligar a ir a una velocidad reducidísima, pero en este caso, como en todos, hay que ponerse del lado de la seguridad.
Por lo que se refiere a la distancia de seguridad, recuerde siempre que hay que aumentar sensiblemente la regla de los dos segundos, por dos razones: en primer lugar porque es muy probable que la niebla aumente la posibilidad de «patinar» en caso de frenazo y, en segundo lugar, porque es muy probable que no podamos ver qué ocurre por delante del vehículo que nos precede (como es aconsejable en circunstancias normales) y por lo tanto tengamos menos tiempo y menos distancia para reaccionar.
Accionaremos el limpiaparabrisas de vez en cuando y mantener ventilado el habitáculo para evitar que las lunas se empañen.
El adelantamiento se hace especialmente peligroso, así que no lo intente más que si está completamente seguro de tener suficiente visibilidad al frente.
Además, incluso en este caso, extreme las precauciones porque en sentido contrario puede venir un vehículo con las luces apagadas y encontrárselo Ud. cuando lo tenga literalmente encima.
Hielo
El hielo es muy peligroso porque no se suele ver y, además, supone una pérdida total de adherencia.
Siempre que exista la posibilidad de su aparición, se deberá extremar la precaución y la marcha deberá ser moderada. Con esta circunstancia, la distancia de frenado puede llegar a convertirse en 10 veces la normal.
Recomendaciones:
* Use todos los mandos con extremada delicadeza.
* El frenado será siempre muy ligero, utilizando la reducción de marchas.
* En caso de pérdida de control: no frenar, levante el pie del acelerador suavemente y girar el volante hacia donde vaya la parte trasera del coche.
* Para arrancar: hágalo en segunda velocidad, acelerando muy ligeramente.
* En las curvas: no tocar el freno, pisar con mucha delicadeza el acelerador, no pisar el embrague y mover la dirección con gran suavidad.
LA CONDUCCION EFICIENTE
La conducción eficiente es un estilo de conducción basado en una serie de modificación respecto a ciertos hábitos adquiridos en los conductores, fruto de la utilización de vehículos de tecnologías obsoletas. De cualquier modo, un poco de práctica bastará para llegar a dominarlas.
Para la correcta aplicación de las técnicas es necesaria una actitud del conductor basada en una mayor anticipación y la previsión al volante. Se constata además que, al aplicar las técnicas se logra una mayor concentración –no forzada- en la conducción y un mayor sosiego que repercute en una reducción del estrés del conductor.
Las técnicas de la conducción eficiente
Las técnicas de la conducción eficiente no sustituyen, sino que complementan y mejoran la conducción tradicional de los turismos adaptándola a las modernas tecnologías de los mismos. Las técnicas se podrían recopilar en un “decálogo” que se presenta a continuación:
1. Arranque y puesta en marcha: Arrancar el motor sin pisar el acelerador.
2. Primera marcha: Usarla sólo al inicio de la marcha; cambiar a los dos segundos o a los 6 metros aproximadamente.
3 Aceleración y cambio de marcha:
Según las revoluciones:
* En los motores de gasolina: entre las 2.000 y 2.500 revoluciones.
* En los motores diesel: entre las 1.500 y 2.000 revoluciones.
Según la velocidad:
* 2ª marcha: a los 2 segundos o 6 metros.
* 3ª marcha: a partir de unos 30 km/h
* 4ª marcha: a partir de unos 40 km/h
* 5ª marcha: a partir de unos 50 km/h.
En definitiva, se recomienda pisar el pedal acelerador en la medida adecuada para realizar la progresión de las marchas en el proceso de aceleración del vehículo.
El salto de marchas se realizaría en el límite superior del intervalo de revoluciones expuesto para el cambio de marchas e incluso algo por encima del mismo.
4. Utilización de las marchas largas: Circular lo más posible en las marchas más largas, y a bajas revoluciones.
Siempre que sea posible, utilizar por tanto la 4ª y la 5ª marcha en ciudad – se consume menos en 5ª pisando el acelerador a ¾, que en 4ª pisando a ½ y que en 3ª pisando a ¼.
Las inercias del vehículo generalmente son desaprovechadas. El poner en movimiento el vehículo demanda consumo de carburante. Al hacer un uso innecesario del pedal de freno se pierde la inercia ganada para tener que volver a emplear carburante en retomarla a continuación.
6. Deceleración:
* Levantando el pie del pedal acelerador con la marcha en la que se circula engranada, y yendo por encima de unas 1200 revoluciones o de, aproximadamente unos 20 km ¡el consumo de carburante es nulo!
* Frenar de forma suave y progresiva con el pedal de freno.
* Reducir de marcha lo más tarde posible, y sólo si fuera necesario.
La frenada no ha de ser progresiva sino continua en la deceleración e incluso “degresiva”, es decir, de más a menos. En este tipo de frenada, los frenos no sufren por la naturaleza de la misma: realizada con previsión y anticipación y de forma suave.
7. Detención: Detener el coche utilizando el freno de pie, y, siempre que sea posible, sin reducir previamente de marcha.
8. Anticipación y previsión:
* Conducir siempre con una adecuada distancia de seguridad, y un campo de visión que permita ver 2 o 3 coches por delante del propio.
* En cuanto se detecte un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en la vía, levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo.
Son las bases sobre las que descansa la conducción eficiente. Sin ellas no se pueden ejecutar de forma correcta las técnicas. Se ha de circular previendo las circunstancias de la vía y el comportamiento de los otros vehículos y, en función de ello, anticipar las actuaciones que correspondan.
FUENTE: Fundacion MAPFRE